La espiritualidad en la educación
El respeto y el desarrollo de lo espiritual debe convertirse en un compromiso indefectible de la educación; compromiso alcanzado mediante prácticas educativas que, desde el planeamiento de las actividades cotidianas, los programas de estudio, el currículo, la participación de comunidad educativa y comunitaria, conviertan en realidad y no sólo en intención a lo espiritual como esencia de la educación.
El desarrollo de la espiritualidad presente en los seres humanos, posibilita la comprensión del ser, lo que al mismo tiempo promueve una vida con sentido y esperanza, apuesta por la felicidad, el respeto y la paz, no sólo consigo mismos, sino con todos y todo lo que les rodea, de este modo, se supera las visiones antropocentristas y se avanza hacia la construcción de una unidad planetaria y universal.
La educación se convierte en el agente por excelencia para el desarrollo de la espiritualidad, pero se trata de un modelo que en atención al paradigma educativo para el siglo XXI, comprenda y atienda un acto educativo en donde se asume una unión indivisible entre todas las dimensiones del ser humano y del propio conocimiento. Se trata de desarrollar prácticas educativas a través de la literatura, la música, el arte, la ciencia, y a la vez de fomentar creativamente el crecimiento de la dimensión espiritual, con el fin de lograr la comprensión de la integralidad y la relación del todo.
Fuente: Margott Piedra Hernández
Profesora de apoyo del Programa de Licenciatura en Docencia, Escuela de Ciencias de la Educación, UNED, Costa Rica.
INNOVACIONES EDUCATIVAS · Año XX · Número 28 · Junio 2018
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